La expulsión de los moriscos: un drama histórico

1. Introducción: mudéjares, moriscos y expulsados de su patria.


La población musulmana de Al-Andalus no fue incorporada a los reinos cristianos de forma automática. Los conquistadores denominaron "mudéjares" (en árabe, "sometidos" en traducción al castellano) a los habitantes naturales de las regiones que ocupaban: Aragón, Valencia, Murcia, Extremadura, La Mancha, Andalucía; los reinos de Córdoba, Sevilla, Jaén, Almería, Málaga y, por último, Granada en 1492. Los mudéjares dejaron su imprionta en el lenguaje: miles de palabras de origen árabe; en el arte: por ejemplo, el palacio del rey Pedro el Cruel en los Reales Alcázares de Sevilla; y en la agricultura, de modo muy especial, gracias a un sistema de regadío mucho más avanzado que en los territorios del Norte de España.
Una vez completada la Conquista bajo los Reyes Católicos, comenzaron a sucederse los decretos de expulsión contra quienes no se hubieran convertido a la religión de los gobernantes: primero, contra los judíos, y, un siglo más tarde, contra los denominados "moriscos"; es decir, los descendientes de los mudéjares que habían conservado una estructura social y política separada de los cristianos venidos del Norte.
Se organizaban en cada ayuntamiento por medio de representantes propios: los alcaldes o "alfaquíes" que gobernaban las "aljamas", es decir, los consejos municipales. Pagaban muchos más impuestos que los "cristianos viejos" y eran considerados en una posición social inferior, a pesar de que realizaban los trabajos más necesarios para la supervivencia y para el bienestar de la comunidad en su conjunto: médicos, artesanos, comerciantes o tenderos, campesinos libres que arrendaban tierras a un alto precio o siervos de los señores feudales que contribuían con una gran parte de sus cosechas y sus producciones ganaderas.
Sin embargo, las exigencias iban en aumento conforme pasaba el tiempo. Los llamados "moriscos" se adaptaron a ellas, salvo en las zonas recién conquistadas. El antiguo reino de Granada fue escenario de una auténtica revolución que puso en guerra la región de las Alpujarras, durante el reinado de Felipe II, y que solo fue sofocada de forma sangrienta por la intervención de los Tercios al mando de Juan de Austria. Los alpujarreños fueron desterrados y distribuidos por todo el país.
A finales del siglo XVI comenzó a extenderse la idea de que los moriscos podían ser peligrosos y que debían ser expulsados de la Península Ibérica, debido a la constante expansión del Imperio Turco por el Mediterráneo. Hubo quienes se opusieron a esta medida, como el valido del rey, el Duque de Lerma, quien poseía la mayor parte de su dominio en el reino de Valencia, cuyos habitantes eran moriscos en una tercera parte. Después de muchas discusiones, el rey Felipe III adoptó el parecer de los partidarios de la expulsión y firmó el decreto que la llevaría a cabo en 1609, una vez que el Duque se aseguró de que los señores feudales podrían ampliar sus posesiones a costa de los expulsados. La medida no se aplicó a todos de forma inmediata: comenzó por Valencia y, luego, se extendió a Aragón y Andalucía al año siguiente.
Los últimos en ser expatriados, hasta 1614, fueron los moriscos que se habían hecho cristianos y que se habían integrado en sus municipios junto con los cristianos viejos, hasta hacerse indistinguibles por sus costumbres. Un caso conocido fue el de los habitantes del valle de Ricote, en Murcia, que, aun siendo cristianos, no se libraron del destierro. Algunos de ellos, según distintas fuentes, pudieron regresar, gracias al apoyo de sus convecinos; otros se asentaron en Italia, en territorio del Papa o del Imperio español (Nápoles y Sicilia), con el apoyo de autoridades que se compadecieron.
A ellos y a otros muchos casos similares se refiere Miguel de Cervantes en la novela Don Quijote de la Mancha, de la que vamos a leer dos capítulos íntegramente dedicados al destino que había sufrido uno de los vecinos de Sancho Panza en su pueblo de la Mancha. No es casual que sus convecinos lo llamaran "Ricote", aunque su verdadero apellido fuera "Félix". Su hija y su mujer, cristianas ambas, denominadas "las Ricotas", tuvieron que exiliarse al Norte de África y pasar múltiples calamidades, mientras Ricote cruzaba los Pirineos rumbo a Alemania, con la esperanza de hallar un destino mejor para su familia. Veremos cómo concluye la aventura de esta familia desde la perspectiva de Cervantes y, probablemente, de acuerdo con los deseos de muchos de sus lectores.

1.1. Elabora un esquema de los contenidos. Consulta las fuentes citadas.
1.2. ¿Quiénes eran los mudéjares? ¿Por qué se les llamó así?
1.3. ¿Quiénes fueron los moriscos? ¿Cómo acabaron?

Fuentes documentales:

Documental de TVE y la Casa Árabe: La expulsión de los moriscos (2009).
Biblioteca Virtual Cervantes. María Jesús Rubiera: Literatura de mudéjares y moriscos.
Documental: "Moriscos, els valencians oblidats" (2009).
Cervantes, Don Quijote de la Mancha (2015), 2ª parte, cap. LIV y LXIII.
Cruz Delgado y TVE, Don Quijote de la Mancha, serie de dibujos animados (1978), cap. 15 (primera parte) y cap. 17 (segunda parte).

2) La Historia.



Documental de TVE y la Casa Árabe: La expulsión de los moriscos (2009).


2.1. La magnitud del destierro.
a) ¿A cuánta gente desterraron de España por el hecho de ser "moriscos"?
b) ¿En qué regiones habitaban?
c) ¿Cómo afectó a la economía del país?
2.2. La visión de los enemigos.
a) ¿Te parece que los trataron con justicia o que actuaron movidos por prejuicios que hoy consideraríamos racistas? Considera las razones en favor y en contra.
b) ¿Qué prejuicios tenían los "cristianos viejos" contra ellos y, en especial, contra las mujeres?
2.3. Tu propia visión.
a) ¿Cómo habrías actuado si hubieras sido un gobernante de la época?
b) ¿Qué habrías hecho si hubieras sido una familia morisca?

3) La vivencia del exilio en Don Quijote.

Leemos los capítulos LIV y LXIII de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha.
La primera parte de la novela se publicó en 1605 y la segunda, en 1615. Así pues, Cervantes escribió la continuación de la obra durante el tiempo en que se estaba produciendo la expulsión de los moriscos: 1609 y 1614.

- La novela.

Capítulo LIV. El morisco Ricote.


Capítulo LXIII: La morisca cristiana Ana Félix.




- La serie de dibujos animados.

Cruz Delgado y TVE, Don Quijote de la Mancha, serie de dibujos animados (1978), cap. 15 (primera parte) y cap. 17 (segunda parte).

3.1. Resume la historia del personaje de Ricote en ambos capítulos.
3.2. Resume la historia de su hija, Ana Félix.
3.3. ¿Cómo reacciona Sancho ante los planes de Ricote?
3.4. ¿Cómo actúa el virrey de Cataluña después de escuchar a Ana Félix?
3.5. ¿Crees que Cervantes, el autor y responsable del mundo representado por la novela, se limita a acatar la orden de Felipe III o tiene una postura distinta, que se expresa a través de sus personajes? 
¿Cómo se hace manifiesta su posición ante los hechos en el relato de las desventuras de la familia de Ricote? ¿Se compadece de ellos? ¿Por qué?

4) Los refugiados en el siglo XXI. 

Episodio del Ministerio del Tiempo: "Refugiados en el tiempo". Temporada 3ª, cap. 31.



4.1. ¿Qué semejanzas encuentras entre el destino de los moriscos y el de los millares de personas que buscan refugio en Europa, intentando cruzar el Mediterráneo?
4.2. ¿Hay algún cambio en la actitud de Felipe III a lo largo del episodio? ¿A qué se debe?
4.3. ¿Crees que podríamos ser más acogedores con los inmigrantes forzosos y los refugiados si recuperásemos la memoria histórica? ¿Por qué?

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